Vang Vieng, la Ibiza del sudeste asiático


«Menú especial» en el que ofrecen comida y bebida entre cuyos ingredientes hay setas aluciógenas 

En el corazón de Laos, uno de los países mas pobres y deprimidos del sudeste asiático, aparece la pequeña localidad agrícola de Vang Viang, una aldea que cada año convoca a centenares de mochileros llegados de todas las partes del globo y que se reunen para desfasar, beber hasta desfallecer y bailar techno durante toda la semana.


Lois es uno de estos alocados turistas. Le cuenta al reportero del «The Guardian» que ha visitado la zona, que «la gente no viene aquí por la cultura, los templos y esas cosas» si no por la fiesta salvaje, lo dice mientras apura una de las muchas cervezas que parece llevar encima, y todo ello sin parar de bailar el último himno electrónico. Un rato después, el propio Lois aparece desmayado, después de haber vomitado esa última cerveza. Lo dicho, parece que les interesa poco visitar la espectacular naturaleza del sudeste asiático cuando pueden beber hasta desmayar.

Jóvenes mochileros llegan cada año atraidos por salvajes fiestas sin reglas
Este idílico pueblo se encuentra a orillas del rio Nam Song, rodeado de cuevas naturales y de una vegetación imponente. Pero desde los noventa, cuando el país se abrió tras la caida del régimen comunista, el empeño por atraer turistas ha hecho que descuiden su patrimonio natural e histórico. Así, miles de jóvenes mochileros llegan cada año atraidos por sus fiestas salvajes y sin reglas.
Al igual que los universitarios con mayor nivel económico acuden en manada a Cancún durante el «Spring break» para desfasar en el tiempo que duran sus vacaciones de primavera, en Laos el tipo viajero es bien distinto. Las drogas circulan sin ningún control, incluso en los locales se llegan a ofrecer bebidas y comidas «mágicas» con marihuana, setas o opio entre sus ingredientes. Uno de los principales atractivos de Vang Vieng son las barras que los lugareños han instalado en las orillas del rio, siguiendo el más puro estilo del caribe, donde los bares están en la piscina o en las playas y los turistas se acercan con sus pulseras a por sus cócteles. En las barras del rio de Vang Vieng no es necesario la pulsera. Aquí todo es tan barato que no es necesario ese cutre complemento de los todo incluido. Por apenas un euro surten a los turistas de alcohol en cubos de playa. De hecho el agua embotellada es más caro que el alcohol.

Las «partes oscuras» de tanta fiesta
Un joven que regenta un albergue en la rivera del rio analiza la situación de la zona. «Los comerciantes aceptamos esto porque estamos haciendo mucho dinero, pero están sucediendo cosas muy oscuras».

El año pasado hubo 27 fallecidos entre estos adictos a la fiesta
Las «cosas oscuras» a las que se refiere son los 27 fallecidos y decenas de heridos que se dieron el año pasado. El exceso de alcohol y drogas de los jóvenes, unido a la orografía de la zona provoca estos accidentes. Muchos son los que buscan un chute de adrenalina saltando desde algún risco o descendiendo por los saltos del rio. A esto hay que sumarle los que enferman o mueren por que se les va la mano con el alcohol y las drogas, o simplemente por que los lotes que les venden están en mal estado. Las autoridades no hacen nada debido a los intereses económicos que hay en juego.
Pese a que los nativos no se quejan, el hábitat se está destruyendo
Además de las vidas que se pierden y de las decenas de heridos que hay por las imprudencias y los excesos se suma otro serio problema. El hábitat de esa zona está quedando prácticamente destruido. Sus famosas cuevas y tubos creados en las rocas de forma natural se están destruyendo por la sobrexplotación que se está dando en la zona. Los turistas beben en el rio, se cuelan en las cuevas para seguir con la fiesta y despues de dejan caer por los toboganes hasta el rio, destrozando la naturaleza a su paso. Y para mayor descontrol la caida por estos tubos suele ser ciega, no saben donde van a caer, si en un claro del rio o sobre las rocas de la rivera. Así acaba para muchos estas fiestas salvajes en una de las zonas más bellas del sudeste asíático. Los demás regresaran a sus paises de origen con el recuerdo borroso de las fiestas vividas.

Por www.abc.es