El mundo de hoy tal y como lo imaginaban en los años 50


Descubrir cómo será el futuro siempre ha fascinado al ser humano. A lo largo de la historia, multitud de escritores han fantaseado con los avances tecnológicos que se producirían con el paso de los años. La publicidad, tal y como cuenta el autor de “El Blog Ausente”, no ha sido ajena a esta tendencia.

A comienzos de los años 50, diarios como ABC o La Vanguardia publicaron una serie de anuncios en los que la Escuela de Radio Maymó ofrecía sus cursos por correspondencia. Esta campaña publicitaria consistió en una serie de 24 viñetas titulada “La vida futura”, en las que el historietista Emilio Boix fantaseaba sobre cómo sería el futuro de la electrónica y la radiodifusión.


Con una estética retrofuturista, muchos de los avances que Boix imaginó no se han llegado a materializar. Es el caso del “Electroencefalógrafo”, una especie de máquina de la verdad que “aplicada al cerebro lograría electrónicamente la total inhibición de la voluntad”, obteniendo testimonios veraces de delincuentes o espías.

Muchas otras de sus predicciones, en cambio, son inquietantemente reales hoy en día, como los “aparatos portátiles de bolsillo que nos permitirán hablar con la familia desde cualquier lugar” o sus “cocinas electrónicas” que condimentarán “en breves segundos las más variadas comidas en su punto exacto de cocción”. Tras leer estas definiciones, que los móviles o microondas vengan a nuestras mentes es inevitable.

La mayor parte de estas viñetas se centran en el papel de las personas como meros receptores de información, sin posibilidad de participar activamente en la comunicación, algo esencial en la actual era de internet. Sin embargo, el “radio-periódico”, que cada mañana se conectaría automáticamente para ofrecernos las últimas noticias mundiales a la hora del desayuno, bien podría ser una rudimentaria visión de en lo que, con el paso del tiempo, se ha convertido la red.
Por www.abc.es