Verdades y mentiras de una infidelidad


Verdades y mentiras de una infidelidad
1.—Las aventuras ayudan a superar las crisis del matrimonio.Quien piense que una tercera persona representa el punto de equilibrio necesario para acabar con la rutina en la pareja habitual, está equivocado. Quizá al principio, el infiel se sienta más motivado o de mejor humor, lo que puede transmitir cierto optimismo en su matrimonio. Pero, no nos engañemos, ser infiel supone tirar por la borda el compromiso, la confianza... y hasta el amor. Una infidelidad nunca puede salvar a un matrimonio.
2.— El sexo es la razón de toda infidelidad. Cuando uno se atreve a dar el paso de ser desleal a su pareja es, fundamentalmente, porque encuentra en esta otra persona aquello que no logra en su matrimonio, y el sexo no es el motivo principal. Resulta muy llamativo que en engaños duraderos, la pareja ni se da cuenta de que la están engañando. Esto se debe a una escasa comunicación entre ambos, a que ya no comparten el tiempo ni el ocio como antes... En otros casos se trata de puro ego: se busca la juventud ya pasada y la necesidad de sentirse todavía atractivo/a para los demás.
3.— Es más fácil descubrir a un hombre infiel que a una mujer. No siempre es así, lo que ocurre es que el hombre no presta tanta atención a la mujer como para descubrir ciertos detalles, mientras que la mujer es más observadora y a la mínima puede saltar la mínima sospecha. A la mujer, por lo general, se le puede notar más ya no solo por detalles materiales o porque se arregle más, sino por su actitud y comportamiento.
4.— Si fue infiel, lo volverá a ser. La afirmación puede resultar más que lógica, pero hay que pensar que en, ocasiones, el arrepentimiento es real y los esfuerzos por recuperar a la pareja son tales que no deben dar lugar a dudas. El verdadero amor también se impone. Otra cosa es que su currículum amoroso llegue a nosotros ya cargado de infidelidades. Conviene no bajar la guardia, si se decide arriegar por esta relación.
5.— Siempre hay que confesar una infidelidad. Es el eterno debate. Para algunos expertos en terapia de pareja, si uno está dispuesto a acabar con el engaño y volver con su pareja habitual, es mejor no confesar para no romper la confianza en la relación. Sin embargo, cuando la relación se ha visto muy deteriorada desde que se produce el engaño, resulta conveniente sincerarse para que la pareja encuentre sentido a todo lo que está pasando y, si decide perdonar, buscar juntos una solución. La decisión de hacer la confesión debe tomarse en función del mal, mayor o menor, que pueda causar, y nunca debe hacerse como una fórmula de quitarse de encima el sentimiento de culpabilidad. Otros terapéutas, sin embargo, optan por contar la verdad y afrontar la situación de cara a mantener la sinceridad ante todo y pensando en que, antes o después, uno puede ser descubierto, aunque la infidelidad terminara hace tiempo.
6.— Se perdona todo, menos una infidelidad. Según los profesionales de terapia de pareja es uno de los mitos más extendidos, sobre todo cuando hay constancia de que ha habido una relación sexual. No obstante, a muchas parejas les ha merecido la pena afrontara el gran problema de la infidelidad y seguir juntos. Cuando aparezcan las dudas sobre continuar o no, los expertos apuntan que es mejor hacer caso omiso a las amistades cuando te digan «ni se te ocurra volver», porque seguramente ellos, en tu misma situación, sí volverían con su pareja. Solo debes decidir por lo que más te conviene a tí y a tu pareja.
7.— Las mujeres son mucho menos infieles que los hombres.Quizá ha sido así... hasta hace poco. Hasta hace unos años la mujer se dedicaba integramente a las labores del hogar y cuidar a sus hijos, pero la evolución en su estilo de vida en las últimas décadas ha propiciado que el porcentaje de infidelidades tanto de hombre como de mujeres sea muy similar, según datos de varios estudios en la materia.
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La gente es infiel porque son infelices en sus casas
Si eres mujer, generalmente, éste es el caso. Las mujeres envueltas en relaciones largas, que están engañando a sus parejas, reportan una baja satisfacción en sus matrimonios. Para los hombres, en cambio, no sucede igual necesariamente. Muchos hombres que aman a sus parejas y que tienen muy buen sexo en sus casas nunca desperdician una oportunidad para tener una aventura si piensan que pueden conseguirla. En un estudio, el 56 por ciento de hombres infieles encuestados dijeron que eran muy felices en sus matrimonios. Sólo el 34 por ciento de mujeres desleales coincidieron con ellos.
Mito #2: Los hombres son infieles más que las mujeres
Esto solía ser así, pero ahora las escalas de infidelidad están balanceadas. ¿Por qué? Las mujeres engañan a sus parejas por las mismas razones que los hombres: Es alguien nuevo, algo atrevido -y por lo tanto agradable. Pero hay otras razones citadas por las mujeres: La aventura fue una “recompensa” por ser una esposa y una madre no apreciada o por estar con una pareja que no es cariñosa, que no las escucha o las ignora. Lejos están los días en que nos obsequiábamos un nuevo lápiz labial o un corte de cabello para levantarnos el ánimo. Aún no somos tan indiferentes a las infidelidades como los hombres -las mujeres tienden a sentirse culpables- pero los estudios demuestran que somos mejores al mentir y somos más propensas a salir impunes. También es un mito que son los hombres quienes intentan convertir sus amistades en aventuras. La mayoría de los hombres infieles ven al acto como una alta oportunidad y baja implicación. Las mujeres se involucran más emocionalmente y son más ágiles para examinar a sus amistades y determinar si pueden ser mejores parejas que sus relaciones actuales. Es decir, ella está buscando generalmente a su alma gemela potencial; él sólo se está divirtiendo
Mito #4: Si te es infiel, no te ama
Puedes sentir que no te ama, pero no es necesariamente así. Sin embargo, sí significa que no te respeta lo suficiente cómo para honrar el compromiso que ambos tienen y que tiene un sistema de valoración distinto del tuyo. Algunas personas son más capaces que otras de separar el sexo del amor y acostarse con alguien no afecta el amor que puedan sentir hacia sus parejas. Generalmente, los hombres tienden a tener aventuras basadas en el sexo, no emocionales o por amor. Pero, la decisión que necesitas tomar es si su definición de amor te es suficiente.
Mito #5: El sexo con un ex no es ser infiel porque ya has estado allí.
Acostarte con un ex es el desliz sexual que la mayoría de gente espera comúnmente tener. No se siente como si estuvieras siendo infiel -no se trata de alguien nuevo que esperará que el sexo se consolide en una relación- ¿verdad? Estás equivocada. Lamentablemente, ese es exactamente el motivo por el que el sexo con una ex pareja puede tener consecuencias desastrosas. Puedes acostarte con tu ex por el recuerdo de los viejos tiempos, pero tu ex puede hacerlo como acción desesperada para reencender la relación. Así que tienes que romper con él -otra vez- y explicar a tu actual pareja por qué estás recibiendo repentinamente correos electrónicos o llamadas de tu ex después de todo ese tiempo. Las posibilidades de ser descubierta son realmente más altas que si tuvieras sexo con un extraño porque los extraños no sentirán la necesidad de escribir un largo e-mail incriminatorio final.
Mito #6: Puedes defender tu relación de la infidelidad
Puedes disminuir las posibilidades de tener una aventura en tu relación, pero nunca hay garantías. ¿Qué es lo mejor que puedes hacer? Elegir al compañero correcto. Escoger a la persona adecuada es más importante que mantenerlo feliz una vez que seas su pareja, porque la base moral y el sistema valorativo, así como los antecedentes familiares, son influencias mucho más importantes para que alguien sea -o no sea- fiel.
Mito #7: Si él tiene antecedentes de haber sido infiel, probablemente te engañará también a ti
Este mito es casi siempre verdadero. Si tu pareja le ha sido infiel a casi todas las mujeres con quienes ha estado -y nada ha sucedido para hacerlo recapacitar sobre su comportamiento- seguramente hará lo mismo contigo.
Mito #8: Siempre debes confesar tus infidelidades
Si el affaire ha trascendido o se sospecha fuertemente, es mejor que lo digas. Tienes más oportunidades de rescatar tu relación después de una confesión voluntaria que después de un descubrimiento indeseado. Pero si es poco probable que sea descubierto, hay también razones válidas para dejar cerrada tu boca. Por ejemplo, algunos expertos te aconsejarán no decirlo si tu pareja no es una persona fuerte emocionalmente. ¡El conocimiento de una aventura no va exactamente a suavizar el camino accidentado para afianzar su autoestima! Una confesión va a echar por tierra la confianza que haya acumulado, y tomaría años su reconstrucción -si, eventualmente, eso es posible. En lugar de eso, medita en por qué has tenido el affaire en primer lugar. ¿Qué estás obteniendo de él que no tengas ya en tu relación? ¿Es posible crear eso con la persona con quien estás actualmente? La peor razón para confesar una aventura es para sentirte mejor. Sí, quitará la culpabilidad de tus hombros. Pero será un golpe doloroso para tu pareja. Tú cometiste la equivocación, ahora lidia con las consecuencias.
Mito #9: El engaño no cuenta si nadie lo descubre
¿Realmente no importa haber sido infiel si no existe absolutamente ninguna posibilidad de que te descubran, nunca verás a esa persona otra vez, tuviste sexo seguro, no significó nada y no se lo contaste a nadie? Depende totalmente de tu personalidad. Si sinceramente no ves nada malo con lo que hiciste, probablemente no haya sido malo. Sólo hay un problema con esta teoría: Muy pocas personas creen verdaderamente que no hay nada errado con ser infiel. Incluso los aventureros están enterados que están haciendo algo “incorrecto” y es aquí donde todo se revela, conforme la percepción de tu pareja cambia. Te sientes superior porque te saliste con la tuya. Esto lo hace aparecer o ingenuo y muy confiado, o vulnerable y desesperadamente desamparado. Las buenas relaciones se basan en admiración y respeto mutuos, no en compasión o bajo el pensamiento secreto de que son ignorantes.
Mito #10: Si no hay sexo de por medio, no es un affaire
La infidelidad emocional -conexiones profundas y apasionadas con personas que a menudo ni siquiera están enteradas de haber cruzado la línea de la amistad platónica al amor romántico- es la amenaza más grande que un matrimonio puede enfrentar. Más del 80 por ciento de gente infiel tuvo aventuras con alguien que era “sólo un amigo”, generalmente un compañero de trabajo. De hecho, un estudio demostró que el 50 por ciento de mujeres y el 62 por ciento de hombres infieles tuvieron un affaire con alguien en el trabajo. Intensa pero invisible, erótica pero no consumada, la infidelidad emocional es peligrosa, adictiva y muy fácil de pasar desapercibida. Si a menudo estás fingiendo que eres soltera cuando no es así; si envías mensajes de texto o correos electrónicos secretos; si compartes información íntima de tu vida con gente que te atrae y mientes a tu pareja de que las estás viendo, eres una infiel emocional.
Mito #11: Fantasear que estás con otra persona significa que estás muy cerca de ser infiel
Mientras muchos terapeutas sexuales animan a parejas con relaciones largas a que tengan fantasías con otra gente para hacer frente a la tentación -es aceptable ser desleal en tu cabeza, pero no en tu cama- otros opinan que es riesgoso. Este último grupo afirma que los affaire comienzan en la mente y que las fantasías sexuales pueden hacer que desees que suceda en la realidad aún más. El tema de fondo de las fantasías, después de todo, es conjurar un sexo brillantemente perfecto. Mientras que en la vida real un encuentro desleal es probablemente mucho menos que excitante e imperfecto, las imágenes fuertes pueden aumentar el deseo a desviarte de tu rumbo.
Mito #12: Las aventuras pueden “salvar” relaciones
Este es un mito perpetuado por personas infieles como justificación para lo que han hecho. ¿Puedes imaginarte a una pareja diciéndose: Caramba, esa aventura fue lo mejor que nos pudo suceder? Eso es porque no es verdad. La infidelidad implica romper un voto, mentir y traicionar la confianza. Incluso los que sobreviven a una aventura encuentran la relación teñida con resentimiento, tristeza y culpabilidad. Analizar las razones de la infidelidad puede ayudar a ensamblar las piezas de lo queda respecto a lo que había antes. La gente muchas veces tiene una aventura para reinventarse o para ser la persona que piensa que desea ser. Es probable que tu pareja te vea como la persona que eras cuando te conoció, en vez de la persona en que te has convertido, o la persona en que deseas convertirte. Un affaire te da la oportunidad de volver a comenzar. Por esto, después de una aventura es importante preguntar: “¿Quién eras con esa persona? ¿Cómo puedes ser esa persona conmigo?”.
Por www.abc.es