El lugar más alejado del mundo para trabajar.




El microsatélite de observación terrestre de la Agencia Espacial Europea (ESA) Proba-1 ha vislumbrado uno de los lugares más solitarios del planeta, la base de investigación Concordia, en el corazón de la Antártida. En ella viven permanentemente
Construida y operada por el instituto polar francés IPEV y el programa antártico de Italia PNRA, la estación científica es uno de los pocos hábitats humanos permanentemente ocupados en la Antártida. Ubicado a 3.233 metros sobre el nivel del mar, su vecino más cercano es la base rusa Vostok, a unos 560 km de distancia.
Su situación extrema hace que sea interesante para la ESA, que patrocina la investigación médica sobre cómo el aislamiento afecta a sus ocupantes durante los meses de fría oscuridad. Y es que la vida en Concordia es similar a vivir en otro planeta. Ninguna ayuda puede llegar durante los meses de invierno y aventurarse fuera es peligroso, ya que las temperaturas pueden bajar hasta -80º C.
Los distintivos edificios parecidos a dos cilindros de la base, el hogar de las tripulaciones durante el invierno, aparecen en la imagen en el área de mayor sombra. Directamente al noreste se encuentran los edificios del campamento de verano, con la pista de aterrizaje visible hacia el norte.

Del espacio a los terremotos

Junto a los edificios principales se encuentra una plataforma astronómica -Concordia cuenta con algunos de los cielos más claros del mundo- y otras áreas para perforar el subsuelo para investigaciones científicas. El punto tenue situado más al Este es la entrada a un refugio subterráneo donde se miden los temblores de tierra. Una torre de radio construida en Estados Unidos y el camino que conduce a ella son visibles hacia la esquina sureste de la imagen.
En funcionamiento desde hace más de una década, Proba-1 es el primero de una serie de satélites de la ESA destinados a probar nuevas tecnologías en el espacio. Sus numerosos experimentos incluyen una cámara compacta que adquiere imágenes monocromáticas que cubren 25 kilómetros cuadrados. Esta imagen fue adquirida por su pequeña cámara de alta resolución, que incorpora un telescopio miniaturizado en un volumen total menor a un metro cúbico.
En noviembre de 2009, a Proba-1 se le unió en órbita Proba-2, centrado en el seguimiento solar. Proba-V, para vigilar la vegetación mundial, será lanzado la próxima primavera
Fuente: Abc.es - Foto: ESA