Los genes de la obesidad infantil


Un equipo de investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia (EE.UU.) han identificado dos nuevas variantes genéticas que aumentan el riesgo de la obesidad infantil. Según los autores de la investigación, ésta es la más grande hecha hasta ahora, ya que los anteriores trabajos llevados a cabo sobre los genes de la obesidad infantil se había centrado en síndromes de enfermedades raras, asegura investigador principal, Struan FA Grant. «Ahora, hemos definitivamente identificado y caracterizado una predisposición genética a la obesidad infantil común».


La obesidad es uno de los principales problemas de salud en las sociedades modernas, y está aumentando de forma preocupante entre los niños. Las investigaciones indican que los adolescentes obesos tienden a tener mayor riesgo de mortalidad en la edad adulta. Aunque los factores ambientales, tales como la elección de alimentos y los hábitos sedentarios, contribuyen a las crecientes tasas de obesidad en la infancia, los estudios de gemelos y otras pruebas basadas en la familia han sugerido que también existe un componente genético.


Estudios previos ya habían identificado variantes genéticas que contribuyen a la obesidad en adultos y en niños con obesidad extrema, pero se conoce relativamente poco acerca de los genes implicados en la obesidad infantil más común.

Banco de ADN

Ahora, el trabajo que se publica en Nature Genetics, ha reclutado y genotipado la mayor colección del mundo de ADN de niños con obesidad común. Así, se incluyeron 14 estudios previos que abarcan 5.530 casos de obesidad infantil y 8.300 sujetos de control, todos de ascendencia europea. El equipo de estudio ha identificado dos variantes nuevas, una cerca del gen en el cromosoma 13 OLFM4, y la otra dentro del gen en el cromosoma 17 HOXB5. También encontraron un grado de evidencia para otras dos variantes del gen. Ninguno de los genes, destacan los expertos estaban implicados previamente en la obesidad. «La biología conocida de tres de los genes -agregó Grant- alude a una función del intestino, aunque su papel exacto en la obesidad es desconocido». Para Grant, «el trabajo abre nuevas vías para explorar la genética de la obesidad infantil común».

Por www.abc.es