Lo que cuesta la fama y lo que vale


Gracias a Arístides, sabemos que la fama cuesta 69.100 euros, pero... ¿cuánto vale? En 13 ediciones de «Gran Hermano», muchos concursantes han rentabilizado su estancia, gratuita hasta la semana pasada, con trabajos más o menos estables, a veces muy bien pagados, sobre todo por la cualificación media del candidato.


A Aris se le acabó el jueves el chollo, un ofertón encontrado en eBay a 9.800 euros la noche —hay hoteles más caros sin vistas a la posteridad— y se llevó de propina una bronca de la presentadora, que lo llamó «abrazafarolas» y «la mayor decepción de esta edición». Lejos de dudar, el acupuntor y criador canino se emperró en su apuesta: «Cambié comprar un piso por GH y no me arrepiento». Incluso le preguntaron en directo si en realidad buscaba «un proyecto para trabajar después en “Sálvame”».

Lo cierto es que el programa rosa de Telecinco se ha convertido en una bolsa de trabajo excepcional para concursantes despedidos con o sin reforma laboral, como antes lo fueron «Crónicas marcianas» y «La noria». Kiko y Marta —entenderán la falta de apellidos— son habituales del espacio presentado por Jorge Javier Vázquez. El programa acumula espectadores y quejas con espíritu casi acaparador y encuentra a sus colaboradores en Guadalix con más facilidad que en la Facultad de Ciencias de la Información (o cualquier otra).

Pueden montar un bar o una boutique, o incluso sacar un disco, como Palomares, pero el de tertuliano, por razones obvias, es el oficio preferido de la especie. Las prácticas empiezan nada más ser expulsados, en el «debate» de «GH». Alguna participante ascendió hasta el oficio de reportera, como Chiqui, quien se echaba a llorar en «Sálvame» cada cierto tiempo, como para justificar el título.

Otra salida que tiene la carrera es la de concursante profesional. Nagore —mala oficial de su cosecha— ganó después «Acorralados» antes de asentarse como colaboradora de Ana Rosa. Aída rizó el rizo y colocó a su madre en «Supervivientes». Patricia, que también tenía una, la involucró en una rocambolesca historia que incluye a Marta, a Kiko y a un perro. Ismael, ganador de la primera edición, pasó por «La isla de los famosos» y por varias cadenas. Porque «GH» es un producto de Telecinco, pero sus rivales comprendieron pronto que los exconcursantes, como el miedo y los «triunfitos», son libres. Y cuando se apagan, como Fresita, reina del call TV, deducen un complot para vetarla.

La ganadora de la quinta edición es un perfecto ejemplo de los requisitos para posar en «Interviú». Chari, Chiqui, Amor, Lydia, Rebeca, Gisela, Loli, Gemma, Sarita, Liz, Nani, Flor y un eterno etcétera también encontraron un destino natural en las páginas menos abrigadas de la revista. A partir de ahí, pueden acabar en cualquier bolo de pueblo. La última de la lista, sin ir más lejos, se desvistió hace unos días con total entrega en una discoteca de Esparragosa de Lares. Cuatrocientos euros costó la broma. Aris, con o sin perro, tiene más difícil este recurso. Ya veremos cómo empieza a recuperar los 69.100 euros.
Por www.abc.es