La energía del instituto,a pedaladas de los alumnos

Pedaleando se puede producir energía y aprender su valor para no malgastarla». Con esta filosofía el arquitecto y profesor Oscar Santilli, un apasionado de la ecología, ha puesto en pie, o mejor en movimiento, la primera «escuela a pedales» en el Instituto Vallauri de Roma. Los estudiantes experimentan con sus propias piernas cuánto cuesta producir energía. Pedalean en bicicletas conectadas a una dinamo y producen energía eléctrica que entra en la red del instituto. Cada estudiante dispone de una «tarjeta de créditos energéticos», dotada de un chip electrónico que registra los kilovatios producidos. Esa energía acumulada puede ser «utilizada» en actividades didácticas (una proyección en vídeo en clase, una pizarra digital, etc.) .

Para incentivar a los «ciclistas», los vatios obtenidos y consumidos de forma virtuosa serán premiados con billetes para el cine, el estadio de fútbol, o con refrescos y meriendas que ya ofrecen patrocinadores. El objetivo didáctico es doble, cuenta el profesor Santilli: «El instituto puede utilizar energía limpia y, sobre todo, enseña a los estudiantes el gran valor de la energía, al darse cuenta de lo que cuesta producir cada vatio. Después, se lo piensan dos veces antes de malgastarla inútilmente».
Para hacerse una idea: pedaleando durante una hora se producen 100 vatios, lo que sirve para tener encendida una bombilla de 100 vatios durante sesenta minutos. Se estimula así un «pensamiento virtuoso» y una conciencia ambiental de los estudiantes sobre la energía. Explica el profesor Santilli: «Venir al instituto en moto, por ejemplo, y poniendo un litro de gasolina, se consume una cantidad de energía que equivale a 72 horas de pedaladas. Los estudiantes saben ahora hacer este razonamiento y alguno puede escoger venir en autobús o en bicicleta». Entre los jóvenes recogemos testimonios entusiastas: «Así ayudamos a la escuela y al ambiente» (Mario); «vengo a menudo, me conviene para hacer ejercicio y es bueno también para el instituto» (Isabella); «ahora entiendo lo que cuesta producir un kilovatio, y lo tengo en cuenta en mi casa o en el coche para gastar menos energía» (Alessio) . La «escuela a pedales» del Instituto Vallauri está abierta a adultos, profesores y padres de alumnos. Energía aparte, todos tienen mucho que ganar en salud. El proyecto es ambicioso. El coste de montar la «escuela a pedales», con 18 ubicaciones, ha sido de 25.000 euros, con financiación pública de la provincia. «Pero no es necesario tener 18 bicicletas. Se puede hacer con tres o cuatro y su función pedagógica ya es muy importante», asegura Oscar Santilli. Un eurodiputado se ha empeñado en promocionar la fórmula de la «escuela a pedales». Las aplicaciones son infinitas. Cuando la Policía de Nueva York confiscó a los ocupantes de Zuccotti Park los generadores de energía eléctrica, a gas y biodiésel, los indignados de «Occupy Wall Street» idearon un sistema para obtener electricidad utilizando sus bicicletas. También en la Gran Manzana los bici-bar autoproducen energía pedaleando. En Londres, con el proyecto «cycle-in cinema», se experimenta el cine ecosostenible:los espectadores para ver un film deben pedalear. Y en Copenhague, en un conocido hotel, pedaleando se obtiene una cena gratis. Estamos solo ante el inicio de la creatividad ecológica.
Por www.abc.es