Sonoro movimiento en el mercado de fichajes de la primera división mundial de la industria del consumo. La compañía estadounidense de alimentación Kellogg Company ha llegado a un acuerdo con Procter & Gamble (P&G) para comprar la popular marca de patatas fritas Pringles por 2.695 millones de dólares (2.053 millones de euros).
El objetivo de Kellogg, propietaria de otras enseñas tan conocidas como Rice Krispies, Frosties o Special K, es que Pringles sea el buque insignia de un negocio global de aperitivos con el mismo volumen internacional que el de sus cereales. En este sentido, el presidente de Kellogg, John Bryant, destacó que con la adquisición su firma experimentará un gran salto hacia adelante que le colocará en la segunda posición en el ránking mundial de empresas de aperitivos salados.
Las ventas anuales de las populares patatas «que hacen pop» alcanzan los 1.500 millones de dólares al año (1.142 millones de euros). Además, la marca tiene presencia en más de 140 países e instalaciones en Estados Unidos, Europa y Asia. Como consecuencia de esta operación, pendiente de la aprobación de los reguladores, Kellogg espera un incremento de su deuda de aproximadamente 2.000 millones de dólares (1.523 millones de euros) y prevé limitar su programa de recompra de activos durante dos años para reducirlo.
Procter & Gamble tenía un acuerdo previo para vender Pringles a la firma Diamond Foods por 1.500 millones de dólares, pero la operación se fustró por los problemas contables de esta última. Procter, un gigante del consumo que cotiza en Wall Street, se desprende así de su último gran negocio relacionado con la alimentación para centrarse en la fabricación de productos para el cuidado del hogar y la higiene personal.
Por www.abc.es
