ÉCHATE LA SIESTA: Una pequeña cabezadita de entre 5 y 30 minutos mejora notablemente nuestra atención y capacidad motora, además de mejorar nuestro rendimiento. Está totalmente comprobado. De hecho, muchas empresas están empezando a acondicionar espacios para que los empleados no se queden sin su siesta.
TÓMATE UN CAFÉ CON TUS COMPAÑEROS: Además de para despejarse un rato, que nunca está de más, el café de media mañana te puede ayudar a conocer mejor como es el clima laboral de tu empresa y a solucionar cualquier problema que haya surgido.
PÁRATE A MEDITAR: Date un respiro de vez en cuando, y nada de remordimientos... ¿Sabías que meditando tan solo cinco minutos puedes ser mucho más productivo? Si la meditación la acompañas de una buena técnica de respiración, harás auténticos milagros.
NO MÁS MAILS NI LLAMADAS: Despreocuparse del teléfono de vez en cuando durante la jornada de trabajo puede ayudarte a mejorar tu productividad, aunque no te lo creas. Si pierdes el tiempo contestando mails que no son urgentes te desconcentrarás y no podrás tomar decisiones adecuadas.
HABLA CON TUS COMPAÑEROS: Es muy importante conectar con las personas con las que trabajas, por lo que podéis tomaros un descansito para charlar.
¿SABES DECIR NO?: Aunque a veces cueste, hay que saber decir NO. Si intentas abarcar todo, al final te quedarás sin tiempo para resolver los asuntos que son prioritarios.
DATE UNA VUELTA: Si estás bloqueado delante del ordenador, lo mejor que puedes hacer es darte un paseo aunque sea por tu oficina. No te lo decimos por decir. Está demostrado que con el movimiento se activa el hemisferio derecho del cerebro, que es el encargado de poner en marcha nuestra creatividad.
