El Papa Francisco revela que fue portero de discoteca

Si algo caracteriza al Papa Francisco es su capacidad para sorprender. La última revelación que ha dejado a todos con la boca abierta es su pasado como portero de discoteca. En un encuentro con feligreses en la iglesia parroquial de San Cirilo de Alejandría, en un barrio de clase trabajadora en las afueras de Roma, el pasado 1 de diciembre, el Santo Padre confesó que, además de haber trabajado limpiando suelos y haciendo experimentos en un laboratorio químico, tambien había desempeñado la labor de «gorila» en un club nocturno.
El Papa relató que cuando era joven había trabajado como portero de discoteca y que su posterior trabajo, enseñando literatura y psicología, le enseñó cómo atraer de vuelta a la gente a la Iglesia, según recoge la edición del pasado 2 de diciembre de L'Osservatore Romano. El Pontífice aseguró que es suficiente con ser testigo de la esperanza y, como dijo San Pedro, «estar siempre preparado para dar una explicación a cualquier que te pregunte la razón de tu esperanza».
Rememorando cómo descubrió su vocación para el sacerdocio tras confesarse con un cura desconocido, el Papa bromeó con que todo el mundo sabe que los mejores confesores son aquellos que el penitente no conoce o que están sordos.
«La hipocresía es un pecado grave», aseguró el Papa, subrayando lo importante que es la credibilidad para ayudar al crecimiento de la Iglesia, no a través del proselitismo, sino por atracción.
El Pontífice también reveló a los feligreses que rezó «por la gracia de la sencillez» para él y para la Iglesia cuando oró ante la tumba de San Francisco de Asís el pasado 4 de octubre.
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