Cómo convertir a tu hijo en un cibercriminal

Cómo convertir a tu hijo en un cibercriminal


La Familia Digitalha escrito la cara B de los buenos consejos para navegar por internet con mucho humor. Padres y madres, póngase cómodos y, sobre todo, reflexionen sobre las pautas que los autores, Ramon Arnó y Jaume Guasch, han elaborado en un formato desenfadado pero con una gran carga de profundidad.
1. LA RED. El primer consejo es no fomentar el diálogo en casa, no cometer el error de hablar con los hijos de internet. De a su hijo acceso totalmente libre a la red y, además, eduque diciendo: «Como yo no tuve internet, a mis hijos que no les falte de nada», «Internet es un lugar muy seguro» donde no es necesario adoptar medidas de seguridad), o «Internet es un lugar donde harás todo aquello que nunca harías en la vida real» (Lo que haces en internet no tiene consecuencias, y si las tuviera, no pasaría nada, porque nadie nos va a pillar). Padres y madres, vivan tranquilos, y nada de conocer a los padres de los amigos de los hijos conocidos por internet, ni mucho menos quedar con ellos como haríamos en la vida real.
2. LA PATRIA POTESTAD. Como el legislador penal ya ha dicho que los hijos son irresponsables penalmente hasta los 14 años, ¿por qué como padres tenemos que llevarle la contraria al mismo legislador y educar a los hijos a ser responsables antes de esa edad? Además, la patria potestad es un invento pasado de moda (vigilar, educar, hablar con los hijos son teorías que se ha demostrado científicamente que no funcionan...).
3. LOS LÍMITES. Nunca, pero nunca, se le ocurra cortar la conexión a internet a su hijo. Además es muy bueno, para socializar a sus hijos, que siga las siguentes normas: Que el menor hable y conozca a terceras personas totalmente desconocidas con las que haya contactado a través de internet. Hay que insistir, aunque él no quiera, en que quede con esas terceras personas solo, sin la presencia de los padres en ningún caso ya que, ¿cuál es la mejor manera de que una persona pase de «desconocida» a «conocida» si no es quedando con ella? Y NO ponga límites. Así, nunca estarán frustados.
4. LA ESCUELA E INTERNET. Son términos contradictorios. Hay que elegir; O una cosa o la otra. Desconfíe de las escuelas que organizan actividades formativas relacionadas con la seguridad, internet, los riesgos, etc. Por otra parte, es muy importante que los padres publiquemos las fotos de nuestros hijos menores, identificándoles con la etiqueta correspondiente en Facebook y haciendo las actividades más extrañas, como por ejemplo, rompiendo árboles.
5. MI HIJO ES DIFERENTE (MUY INTELIGENTE). Una buena señal para detectarlo es si el menor, cuando llega a casa, lo primero que hace es conectar el ordenador que tiene en su habitación, cerrar la puerta con llave, no dejar entrar a nadie y pasar muchas horas ahí encerrado. Si es así, no se preocupe, todos los grandes personajes de la historia han tenido etapas de recogimiento espiritual. Si cuando internet no funciona o tiene poca cobertura en el móvil, observa que su hijo tiene ansiedad, cambios de humor continuos, grita o llora, eso puede querer decir que el chaval está creciendo como persona.
6. LAS CONTRASEÑAS. Que sean fáciles de recordar. Por ejemplo, el nombre del niño, la palabra «contraseña», 1234... Desde luego, nada de mezclar números, letras y mayúsculas o símbolos extraños. Utilice siempre la misma contraseña para el correo, la banca electrónica, el móvil... y no la cambie nunca. Aquí debemos ser muy tradicionales.
7. EL CORREO ELECTRÓNICO. No lea jamás el correo electrónico de sus hijos menores (sobre todo si tienen entre 7 y 10 años). A esas alturas ya deberían saber que en el mundo hay gente muy pero que muy buena, siempre dispuesta a regalarnos cosas diversas por internet (una herencia depositada en un banco extranjero), o personas que necesitan a alguien como nuestros hijos que les faciliten una cuenta corriente... Debemos decirles que la oportunidad es calva y que no hay que dejarla escapar.
8. LAS REDES SOCIALES. Es importante tener claro estos principios: Yo como padre no puedo mirar el perfil de mi hijo. Pero sí lo puede hacer todo el mundo (menos yo). También es muy bueno que nuestros retoños compartan en el muro los datos personales de otras personas sin pedirles permiso previo (Se lo agradecerán por siempre jamás). Y sobre todo, que «suban» el lugar donde viven, su teléfono, sus gustos y sus fotografías más íntimas.
9. LA VIDEOVIGILANCIA. Hay que indicar a nuestros hijos que es muy importante que graben desde dentro de casa, captando, a ser posible, imágenes de la calle, de la casa de los vecinos, y sobre todo lugares como escuelas infantiles, sedes de partidos políticos y sindicatos... y que esas imágenes, debidamente editadas y etiequetadas, las cuelguen en Youtube y en elFacebook.
10. LOS DISPOSITIVOS. Mi hijo tiene derecho a tener todos y cada uno de los dispositivos del mercado (móviles, ordenadores, consolas, tablets, pda, etc...). Y nosotros como padres estamos obligados a comprarlos (sin excusas como las malas notas). Además es necesario que puedan conectarse libremente a internet desde cualquier lugar. Y muy importante: los dispositivos estén siempre en las habitaciones de nuestros hijos. Si estos pasan muchas horas navegando por las noches, esto es muy bueno. No se preocupe, así de mayor quien sabe si será un gran retagista o hará buenas amistades...
11. LA NAVEGACIÓN. El derecho a navegar libremente por internet es siempre preferente a las obligaciones que la patria potestad impone a los padres respecto a los hijos. Tenga muy claro que sus hijos en la red hacen lo mismo que usted, esto es, leer los periódicos, comprar billetes de tren o mirar si sube o baja la prima de riesgo. Revise los lugares por donde navega (siempre que él no lo haya borrado antes) y no se preocupe, al contrario, si localiza palabras como bulimia, drogas, anorexia, sexo... etc.
12. LOS DATOS PERSONALES. Hay que ser conscientes de que los menores y sus datos son una mina para las empresas y por tanto, si quiere un buen consejo como padre, explote la mina desde el primer momento.
13. LA SEGURIDAD. Tampoco cometa el error de enseñar a su hijo las normas básicas de seguridad. Y si no, haga memoria, ¿cuántos de ustedes fueron ido de pequeños de vacaciones con un SEAT 600, toda la familia y el perro, y no pasó nunca nada? Pues ahora mucho menos, y menos si nuestro hijo no se mueve de la silla de su habitación...
14. WIFI. Abra el wifi para para que todo aquel que quiera tenga conexión. Y si usted localiza una red abierta, aprovéchese del chollo para enviar información sensible a través de ella —datos de salud, preferentemente—, ya que como no hay cable, nadie la podrá interceptar.
15. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Si le echa un vistazo a los medios de comunicación (telesivisón, prensa, radio, etc.) y observa extrañado que hacen campañas de comunicación sensibilizando a los padres y a los hijos sobre la navegación segura, los riesgos de la red y oportunidades, cambie de canal: Le quieren manipular.
16. LOS ASPECTOS PENALES. Cabe recordar que de los hechos cometidos por nuestros hijos menores de edad somos responsables los padres solidariamente hasta los 18 años...
17. EL RESPETO A TRAVÉS DE LA RED. Lo cierto es que hay que acostumbrar a los pequeños a jugar sucio en la red, ya que por ejemplo en el mundo del fútbol, ¿no es verdad que a quien se recuerda más es a aquellos jugadores que hacen faltas a todas horas? Pues en la red pasa lo mismo, a dar patadas a diestro y siniestro.
18. LOS CONTRATOS. Un contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más personas que genera derechos y obligaciones, pero para que los hijos no se traumaticen desde jovencitos hay que enseñarles que los contratos sólo generan derechos para los hijos y obligaciones para los padres.
19. Y SI MI HIJO HACE ALGO MAL, ¿QUÉ HAGO? Es difícil saber si su hijo hace cosas mal ya que como no le escuchamos, ni le preguntamos... Y si nos dicen que hace algo mal, es que le tienen manía, y la culpa es de la escuela y de los malos amigos.
20. LA CONCLUSIÓN. Siguiendo estos pasos —escritos con mucho sentido del humor por Arno y Guasch, insistimos—, podremos conseguir nuestro objetivo primordial: convertir a nuestro hijo en un cibercriminal. O, con algo menos de suerte, que sea una víctima de las redes sociales y que nos arrastre con él.

Por www.abc.es