La ficción española conquista EE.UU.


Esta vez no es el clima, ni las playas, ni los toros, ni siquiera el jamón, lo que despierta el interés por España en el resto del mundo. Las producciones de ficción y entretenimiento nacionales se han convertido en la gallina de los huevos de oro para las cadenas de televisión extranjeras, lo que ha hecho de España uno de los países líderes en la exportación de formatos propios. El sur de Europa siempre ha sido el mayor mercado de compra-venta de las series «made in Spain» y, desde hace un par de años, en los países del Este, y especialmente en Rusia las producciones españolas despiertan gran curiosidad.


Pero, sin duda, si la industria audiovisual española tiene algo que celebrar es que las impenetrables cadenas norteamericanas, que se alimentaban casi al cien por cien de series propias (muchas insuperables, todo hay que decirlo), comienzan a rendirse a los encantos de sus tramas y personajes. «La ficción española ha evolucionado mucho. A principios de 2000 las series eran de corte familiar, costumbrista o de comedia: “Los Serrano”, “7 vidas”, “Escenas de matrimonio”... Y se explotaba principalmente el mercado mediterráneo», explica Caroline Servy, representante de The Wit, agencia que analiza casos de series de éxito mundial. «Ahora es más arriesgada, más ambiciosa, con cortes fantásticos, futuristas y thrillers que han llamado la atención de gigantes como EE.UU.».

Competencia con avales
Una de las primeras series que consiguieron romper el muro de la ficción norteamericana es «Águila Roja», que se emite desde hace un año en las pantallas estadounidenses a través del canal de habla hispana V-ME. Además, triunfa en América Latina y ha conquistado una veintena de países tan dispares como Corea del Sur, Tailandia o Cuba. «Física o química», que ha vuelto a la actualidad tras ser retirada en Italia por «inmoral», cita cada día a la audiencia norteamericana en el horario estelar desde enero de 2012. Telemundo, una de las cadenas para el mercado de habla hispana más importantes de EE.UU., emite su adaptación a modo de telenovela bajo el nombre de «Relaciones peligrosas».

Y no serán las últimas. Marcos Fernández, del departamento internacional de ventas y adquisiciones de Veralia, cuenta que «nada más estrenarse “La Fuga” en España, el productor de “Hellboy” nos comunicó que le gustaría hacer una adaptación para EE.UU. Cuando le contamos que la idea original era que la cárcel estuviera en la Luna, y no en una planta petrolífera, se entusiasmó aún más con el proyecto». Por otra parte, el canal ABC prepara una adaptación de la exitosa serie «Aquí no hay quien viva».

Proteger la marca
Lo primero que consultan los compradores internacionales cuando se fijan en una serie de otro país son las audiencias, explica Geraldine Gonard, directora comercial de ventas internacionales de Imagina. «Si no se logra conquistar al público local, muy difícilmente se puede triunfar en mercados que no dominas». Por ello, las series que en España han logrado una audiencia fiel y numerosa cada semana son las que más se han exportado. Aunque también hay ejemplos de ficciones que obtuvieron su mejor reconocimiento en el extranjero. Es el caso de «Cuenta atrás», protagonizada por Dani Martín (El canto del Loco). Se retiró de la parrilla española en 2008 tras sus bajas audiencias y en Alemania va ya por la tercera temporada. «A la productora le hubiese compensado seguir haciendo la serie, aunque solo se viera fuera», asegura Fernández, de Veralia.

La situación que atraviesa el mercado televisivo español, con recortes, series paralizadas y poca financiación, dibuja un futuro incierto para las productoras, que miran con mayor frecuencia al exterior para vender sus creaciones. «Crecer solo a nivel nacional y sobrevivir es muy dificil», reconoce Alejandro Ojeda, director de ventas internacionales de Boomerang TV. «Eso, unido a las dificultades que atraviesa la ficción americana, a la que cada vez le cuesta más realizar grandes renovaciones, anima a trabajar en otros continentes», añade Servy, de The Wit.

La serie «Gran Hotel», adquirida recientemente por Francia y Rusia, ha supuesto, entre otras cosas, un significativo incremento del turismo en Santander, ciudad en la que se graba. Lo mismo pasa n La Rioja, por «Gran Reserva», o, en su momento, con el pueblo asturiano de Lastres, conocido a raíz de la serie «Doctor Mateo». «Nuestra ficción es una de las imágenes de marca más importantes que puede ofrecer España al exterior», afirma Ramón Campos, de Bambú. «Mientras haya series que nos representen, habrá esperanza».

Por www.abc.es