Diez cosas que debemos saber sobre la alergia primaveral


Las recientes lluvias de los últimos días y la bajada de las temperaturas ha retrasado la llegada de las tan temidas alergias primaverales. Un descanso para muchos alérgicos, que ven condicionada su calidad de vida en esta fechas. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las escasas lluvias registradas en los meses de otoño e invierno permiten prever que esta será una primavera de polinización moderada.
«El índice de acumulación de pólenes suele estar marcado por la pluviosidad de los meses de otoño e invierno y este año ha sido bastante escasa. En consecuencia, esperamos que las concentraciones de polen de gramíneas se sitúen en torno a los 2.600 granos/m3 de aire, lo que consideramos para la región centro como una primavera entre leve y moderada» revela Francisco Feo Brito, coordinador del Comité de Aerobiología de la SEAIC.
El alto nivel de industrialización de algunas ciudades ha hecho que durante los últimos años se haya incrementado de forma alarmante el número de casos de alergia respiratoria. La causa no es sólo el aumento de los niveles de polen, sino que éste, en combinación con los distintos agentes contaminantes, puede llegar a hacerse mucho más agresivo. Feo explica que «la mezcla de pólenes de plantas y partículas de contaminación es muy peligrosa. El polen de ciudad es mucho más agresivo ya que la contaminación produce cambios en la estructura de las partículas y éstas tienen mayor capacidad de provocar sensibilización en el paciente, el paso previo a padecer una alergia».

En España, según un estudio realizado por el Comité de Aerobiología de la SEAIC, el tipo de polen que más afecta a los pacientes alérgicos es el de gramíneas, con un 80% de afectados, seguido del polen de olivo (43%), quenopodiáceas (27%), plátano de sombra (22%), cupresáceas (13%) y parietaria (11%).1

Teniendo en cuenta estos datos, las previsiones anuales de incidencia de reacciones alérgicas se basan en las concentraciones de gramíneas, que, además de ser el tipo de polen que mayor número de episodios causa a la población, es el más alergénico. Tal y como explica Feo, «el perfil climático de la España continental, que se caracteriza por ser seco y por temperaturas extremas, favorece que las concentraciones de pólenes alcancen en nuestro país niveles elevados. Esta alta exposición provoca que entre un 15% y un 20% de la población presente alergia a pólenes, llegando a alcanzar hasta un 40% entre la población adolescente».

Para saber más sobre las alergias, Ignacio Dávila, del Hospital Universitario de Salamanca, explica algunos conceptos básicos sobre esta enfermedad que, se estima, afecta cada año a un 25% de la población española.

1. ¿Qué es una alergia?
Se entiende por alergia una reacción alterada a una sustancia extraña al organismo, que generalmente no es nociva, como pueden ser un polen un alimento o un medicamento. En esta respuesta participa, en muchos casos, la inmunoglobulina E, lo que le confiere unas características especiales, en particular de inmediatez. No obstante, hay otros mecanismos inmunológicos implicados, especialmente en el caso de los fármacos.
2.- ¿Por qué se producen la alergias?
El porqué se produce, no es conocido del todo, pero, en cualquier caso, parece existir una pérdida de la tolerancia frente al alérgeno en cuestión, que no es reconocido o lo es mediante otro mecanismo en los individuos no alérgicos.
3. ¿Cuáles van a ser las alergias más frecuentes esta primavera?
En líneas generales, las de otros años, si bien influye el lugar de residencia: así, por ejemplo, en las zonas costeras los niveles de pólenes son mucho menores que en la zona de interior, aunque son mayores los de ácaros. En el caso de los pólenes, en concreto, los principales son las gramíneas y el olivo (mayo y junio), pero también intervienen los pólenes de Cupresáceas (enero a marzo) y los del falso plátano (abril), en especial éste último en ciudades como Madrid y Barcelona. En verano intervienen los pólenes de malezas. En general también hay que considerar la flora local: el polen de Parietaria es importante en el mediterráneo, en Elche puede ser relevante le polen de palmera o el polen de Salsola puede ser importante en zonas de Aragón y en Murcia y Albacete, por ejemplo
4. ¿Por qué se ha producido un aumento de las alergias; qué es la teoría de la higiene?
Es un hecho que las enfermedades alérgicas se han incrementado notablemente a lo largo del siglo pasado. Por ejemplo la alergia al polen ha pasado de ser muy escasa a principios del siglo XX, y asociada por algunos autores con las clases altas, a afectar a un porcentaje superior al 15% de la población. Una de las teorías que tratan de explicar este aumento es la teoría de la higiene, formulada por Strachan en los 80, que, básicamente, estipula que la ausencia de infecciones, determinada por las mejores condiciones higiénicas y la vacunación, ha traído como consecuencia que el sistema inmune se haya centrado más en la alergia. Esta teoría no está completamente demostrada y, en ningún caso supone que no se deba seguir vacunando a los niños y manteniendo los estándares de higiene.
5. ¿Se puede ser alérgico de mayor aunque no se haya sido de pequeño?
Se puede y, de hecho, cada vez de ven más enfermedades alérgica que debutan en la edad adulta. No obstante, en cuanto a las enfermedades alérgicas respiratorias, lo más frecuente es que debuten en la infancia o en la adolescencia o primera juventud.
6. ¿Cuál es la mejor forma de tratar las alergias?
El tratamiento "curativo" es eliminar el alérgeno. Es el caso de los alérgicos al polen fuera de la primavera o de los alérgicos a un animal si retiran éste. No obstante, como esto no es siempre posible, hay que recurrir a medicación (esteroides, antihistamínicos, antileucotrienos, entre otros) o la inmunoterapia específica. Esta última aporta la ventaja de que modifica el curso de la enfermedad, restableciendo la tolerancia perdida. En algunos casos puede llegar a ser curativa, desde el punto de vista de que deja al paciente asintomático (por ejemplo en el caso de las picaduras de avispas o en algunos pacientes alérgicos al caballo, que pueden volver a montar e incluso cepillarlos).

7. ¿Cómo saber si somos alérgicos?
Acudiendo al alergólogo, sin duda. Este dispone de medios específicos, como las pruebas cutáneas, la determinación de IgE frente a los alérgenos (actualmente se pueden utilizar alérgenos recombinantes, incluso hay una prueba que determina la IgE específica frente a más de 100 alérgenos en 20 microlitros de sangre) o las pruebas de exposición, cuando estén indicadas.
8. ¿Se puede saber cuantos alérgicos hay en España?
Las estimaciones es que hasta un 25% de la población puede ser alérgica, en los adolescentes incluso un porcentaje mayor. En el caso del asma podríamos hablar de más de 2.000.000 de españoles y en el de la rinitis alérgica de más de 7 millones, por dar dos ejemplos.
9. ¿Es lo mismo una alergia infantil que la de adulto?
Desde el punto de vista patogénico, sí. Sin embargo los niños presentan con mayor frecuencia alergia a los alimentos que los adultos y éstos presentan mayor frecuencia de alergia a los medicamentos, por citar dos ejemplos. En los niños los cuadros son más evolutivos, pudiendo empezar por una alergia cutánea, después alimentaria y por último, respiratoria.
10. ¿Cómo sabemos qué cantidad y que tipo de polen hay cada día?
Se dispone de aun red de Aerobiología, que aporta los datos diarios de recuento de pólenes. Para ello se cuenta con una serie de captadores de los que se obtienen las lecturas diarias de pólenes. Estas se difunden por los medios de comunicación, por Internet e incluso existen aplicaciones para los teléfonos inteligentes.

Por www.abc.es