Heinrichs asegura que, si bien ya se sabía por estudios previsto que antes de someternos a una situación de estrés el contacto social con un individuo que nos inspira confianza reduce la intensidad de la respuesta, ahora se confirma que durante los momentos de tensión también tendemos a ser amigables, simpáticos y compartir. Esto contradice la idea, aceptada durante más de un siglo, de que los humanos y otras especies animales muestran siempre una respuesta de "lucha o huída" ante el estrés.
Por www.muyinteresante.es