Existen sonidos desagradables como pasar las uñas por una pizarra¿Por qué resulta
desagradable el sonido de, por ejemplo,
un cuchillo y un tenedor chocando contra un cristal? Varios científicos de la
Universidad de Newcastle han dado respuesta a esta pregunta y, según parece, se debe a una interacción entre la
región del cerebro que procesa el sonido, la corteza auditiva y la amígdala, según ha informado la
revista «Journal of Neuroscience».Concretamente, esta última parte del cuerpo participa activamente en la transformación de las emociones en negativas cuando escuchamos un sonido desagradable. «Es una señal de auxilio que va de la amígdala a la corteza auditiva» ha afirmado el Dr. Sukhbinder Kumar, autor del periódico de la Universidad de Newcastle.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores han examinado las reacciones de 13 voluntarios ante todo tipo de sonidos, tanto desagradables como placenteros. Concretamente, los científicos han utilizado ‘Imágenes de Resonancias Magnéticas Funcionales’ (las cuales permiten conocer como responden algunas el cerebro ante determinados estímulos) para establecer una escala del desagrado.
Los ruidos más desagradables del planeta
Sin embargo, y a pesar del estudio, parece que cada persona reacciona de forma diferente ante determinados sonidos. Por ello, desde ABC.es proponemos una encuesta para conocer que tipo de ruido es el más desagradable.
1-El sonido de un cuchillo y un tenedor al frotarse contra un cristal. Este ruido es el más odiado por los 13 individuos que participaron en el estudio. No es difícil escucharlo durante un almuerzo o una cena. Desgraciadamente, siempre se le escapa a alguno de los sentados a la mesa.
2-Los chirridos provocados por las cuerdas de un violín cuando se toca mal. Este desagradable sonido quizás haga desear a más de uno que el presunto músico acuda a alguna clase más para perfeccionar su técnica.
3-El sonido de un micrófono cuando se acopla. Muy habitual en los conciertos, pone los pelos de punta a más de un espectador.
4-El ruido que provocan las uñas al deslizarse por una pared. Este, además de dar lugar a un sonido desagradable, sin duda crea una desagradable dentera a todas las personas que se encuentren cerca.
5-Las arcadas de una persona mientras vomita.
6-El llanto desconsolado de un bebé. En contra de lo que pueda parecer, este sonido fue catalogado como uno de los más desagradables del mundo por el departamento de Acústica de la Universidad de Salford. Sin embargo… ¿Es que más crispa los nervios?
7-El chirrido de una tiza frotada contra una pizarra. Imposible de olvidar por muchos años que hayan pasado desde la etapa escolar, este sonido siempre provoca más de un gruñido de desagrado.
8-El sonido de las ruedas de un tren al intentar frenar sobre los railes. Muy conocido por aquellos que utilizan con asiduidad el metro o la red de cercanías.
9-Las cadenas oxidadas de un columpio. Catalogado también como uno de los ruidos más desagradables por la Universidad de Salford.
10-El ruido de una taladradora o cualquier tipo de herramienta mecánica.
11-El sonido que seproduce al frotar dos corchos de poliestireno expandido
Irritante pero útil
Los investigadores, que estudiaron la influencia de una gran cantidad de ruidos, llegaron además a la conclusión de que todos los sonidos que se encontraban en un rango de entre 2.000 a 5.000 Hz no eran desagradables para los sujetos.
A su vez, los expertos han afirmado que este estudio podría llevar a que, en un futuro, la comunidad científica pueda dar solución a cierto tipo de enfermedades como el autismo, el cual se relaciona en determinadas ocasiones con una sensibilidad extrema al ruido.
Además, y según parece, los sonidos desagradables han llegado también a los móviles gracias a algunas aplicaciones como «Nervsounds». De carácter gratuito, este programa permite «torturar a tus amigos» con sonidos irritantes como los destacados anteriormente.
Por www.abc.es
Aunque los gemelos comparten muchas características, la huella dactilar no es una de ellas. Esto se debe a que los dibujos de la huella no están totalmente determinados por la información de los genes, que es la que comparten los gemelos idénticos.
