Esta es la primera vez que se demuestra que diferencias normales en la longitud de los telómeros pueden predecir la longevidad de un individuo. "Ahora necesitamos averiguar más sobre cómo las condiciones de vida en edades tempranas pueden influir en los patrones de acortamiento de los telómeros, así como establecer la importancia relativa de factores heredados y ambientales”, ha explicado Monaghan. Además, aún hay que aclarar cómo se pueden aplicar los hallazgos a los seres humanos.
Por: www.muyinteresante.es