Un creativo físico ruso residente en EE. UU. decidió apelar una multa de tráfico que se le había impuesto de una forma muy peculiar.
Al impresionado juez a quien Krioukov llevó a un callejón sin salida sirviéndose de su ingenio, no le quedó más remedio que anular la multa.
La defensa del científico fue verdaderamente asombrosa. En el informe se afirma que si un automóvil se detiene ante una señal de Stop, un observador puede tener la ilusión de que no se detiene, si se cumplen tres condiciones.
“Primero, un observador ubicado a una cierta distancia perpendicular a la trayectoria recta de un automóvil no mide su velocidad lineal, sino su velocidad angular. Segundo, el vehículo frena y vuelve a acelerar rápidamente en el lugar de la señal. Por último, durante un momento el oficial perdió contacto visual con el auto del científico, ya que otro vehículo entorpeció su visión”, explicó Krioukov.
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Por www.planetacurioso.com