“De esta manera, teníamos a la mitad de los policías que leían un relato en el que la acusada era una mujer joven, maltrecha, deteriorada físicamente y de aspecto frágil, con hijos y económicamente dependiente de su pareja. Y la otra mitad leyó la historia de una mujer sin hijos, asesora financiera, casada durante 10 años y que durante el proceso judicial se presenta bien vestida, decidida y calmada en su interacción con el juez y los abogados”, explican los autores en declaraciones a la agencia SINC. Al valorar su criminalidad, el segundo grupo tendió a considerar a la acusada culpable, según los autores por "no encajar en el estereotipo de mujer maltratada". |
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