El antaño exótico concepto de dinosaurios emplumados ya no nos sorprende, pues los descubrimientos que demuestran su existencia se amontonan. "Antes, todos los fósiles de aves primitivas cabían sin apreturas en un escritorio, pero ahora se necesitaría una bodega para albergar a las aves mesozoicas y los dinosaurios con plumas que se han ido recolectando en los yacimientos de todo el mundo", ha escrito en la revista Science Mark A. Norell, paleontólogo del Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York.
Por ejemplo, el otoño pasado, las fotografías de lo que parecen ser protoplumas bellamente preservadas en trozos de ámbar del Cretácico superior dieron la vuelta al mundo, después de aparecer publicadas en la revista Science. Los 11 diminutos especímenes fueron hallados por Ryan C. McKellar, paleontólogo de la Universidad de Alberta, tras una concienzuda búsqueda entre 4.000 muestras ambarinas, custodiadas en las extensas colecciones de la citada universidad y el Museo Real de Tyrrell, ambos en Canadá. Segregada por coníferas, estas resinas mineralizadas provienen de los depósitos más famosos de ese país, en el sur de la provincia de Alberta. "Las muestras cubren cuatro etapas", describe McKellar en Science. Y añade: "Desde estructuras filamentosas similares a las protoplumas de los dinosaurios no avianos, que no existen en las aves modernas, hasta plumas con pigmentación y adaptaciones para el vuelo y el buceo. El hecho de que estén selladas en ámbar, con un nivel de detalle increíble, abre la puerta a investigaciones sin precedentes".
Por www.muyinteresante.es